¿Qué es el ictus?
El Ictus es la pérdida de flujo de sangre a una parte del cerebro. Las causas de esta pérdida de sangre pueden ser la rotura de vasos sanguíneos o la aparición de coágulos de sangre. Esta pérdida de riego sanguíneo provoca la disminución o anulación de la función encargada esa parte del cerebro. Otros nombres con los que coloquialmente se conoce al Ictus son infarto cerebral, trombosis, embolia o derrame cerebral.
Como consecuencia de un Ictus pueden aparecer lesiones cerebrales que afectan a la comunicación, al lenguaje expresivo y lenguaje comprensivo. Las secuelas que afectan a la producción del lenguaje se ven reflejadas en la afasia de Broca. En esta afasia los pacientes tienen dificultades para denominar. Saben que quieren decir, pero expresan palabras diferentes. Las secuelas que afectan a la comprensión del lenguaje se observan en las afasias de Wernicke, donde los pacientes tienen un discurso que no se entiende, como una especia de jerga.
Las secuelas del ictus
Algunas de las secuelas en un Ictus son:
- Trastornos motores asociados a los miembros inferiores o a los miembros superiores.
- Dificultades en la deglución.
- Alteraciones en la comunicación.
Factores de riesgo del ictus
Los Ictus son más comunes en población de edad avanzada. En población joven no son tan frecuentes, pero si posibles y las causas son más diversas. Los factores de riesgo que favorecen la aparición de un Ictus en edad temprana son:
- Edad avanzada. A partir de 70 años, las probabilidades de aparición son más altas.
- Hipertensión: los sujetos que tienen hipertensión tienen mayor riesgo de padecer un Ictus.
- Ritmo cardíaco irregular o aumento de presión arterial.
- Un alto consumo de tabaco puede contribuir a la aparición de un Ictus, mayormente en sujetos varones.
- Tasa de filtración glomerular baja. Cuando los vasos sanguíneos situados en el riñón no tienen suficiente capacidad para limpiar la sangre, hay una mayor probabilidad a la aparición de Ictus.
- Colesterol HLD (lipoproteínas de alta densidad) bajo
- Diabetes puede ser un factor de riesgo en ambos sexos, tanto para hombres como para mujeres.
Intervención logopédica en el ictus
Tras la aparición de un ictus, el logopeda para adultos puede intervenir para conseguir una rehabilitación de las siguientes áreas:
- Comunicación: restaurar habilidades comunicativas afectadas como la comprensión o la expresión. Potenciando su mejora dentro de un entorno cotidiano. Dentro de la comunicación pueden aparecer las siguientes dificultades:
- Afasia: pérdida para producir o comprender el lenguaje.
- Disartria: alteración en la articulación del habla.
- Mutismo: pérdida total o parcial de la comunicación verbal.
- Agrafía: alteración de habilidades de la escritura.
- Alexia: pérdida de habilidades lectoras.
- Disfagia: el logopeda puede mejorar la capacidad para tragar cuando estas personas tienen esta función alterada. Tanto la seguridad como la eficacia de la deglución se ven alteradas pudiendo provocar atragantamiento de líquidos o sólidos durante la comida.
- Alteraciones respiratorias: mejorar una coordinación respiratoria.
Recuperación de un paciente con ictus
La edad avanzada es uno de los factores con un pronóstico desfavorable. Pero también hay que tener en cuenta otros factores como el nivel de salud, factores modificables, por ejemplo, la reducción del consumo de tabaco, u otros factores no modificables, como la coagulación de la sangre o la aparición anterior de episodios de Ictus que también suman importancia.
Actualmente también aparecen Ictus en población más joven en torno a los 55 años. La aparición de Ictus también tiende a aparecer con mayor frecuencia en personas con un nivel socioeconómico bajo. Este nivel socioeconómico está relacionado con un estilo de vida menos saludable, es decir, mayor prevalencia de obesidad o tabaquismo.
Por otra parte también tenemos que tener en cuenta que la recuperación irá en función de a gravedad de la lesión.
